De acuerdo con el expresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (Canapat) y socio del Grupo Flecha Amarilla, Fernando Rodríguez Camacho, en los últimos años la inseguridad en carreteras es una situación complicada, pero la respuesta de las autoridades ha sido acertada, con ello se prevé que los focos de inseguridad que se han presentado en algunos estados del país, irán disminuyendo. Para lograrlo se trabaja en coordinación de autoridades federales, estatales y transportistas.
Rodríguez Camacho recalcó “hasta el momento la industria del autotransporte no ha dejado de hacer inversiones, seguimos apostando por la seguridad del país, la confianza en las autoridades y estamos preocupamos por la renovación vehicular, un tema fundamental para el éxito de las empresas, el ahorro en el combustible, la capacitación de los operadores, pero es la seguridad lo que más nos preocupa como transportistas”.
Sin embargo, destacó que un logro importante es la “publicación del Decreto que tipifica el robo al autotransporte como delito federal y sin duda es gran un avance y señal de que se va por buen camino. Con ello se genera mayor tranquilidad para las empresas y usuarios, pues facilitará el que ellas y ellos, según sea el caso, puedan denunciar los ilícitos, y los delincuentes puedan ser perseguidos independientemente del sitio donde haya ocurrido el ilícito”, agregó.
Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, el costo de la inseguridad en México, al igual que en otros países de la zona, rebasa el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) Nacional y en el robo al transporte de pasajeros se genera un círculo vicioso que perjudica el desarrollo de la economía en general y el empleo de las personas que trabajan en la industria.
Una vez cometido el ilícito. Las empresas deben destinar tiempo y dinero a efectuar la declaración de los hechos ante la autoridad correspondiente, reemplazar la unidad del autotransporte y trasladar a los usuarios a su lugar de origen o destino, capacitar a los conductores y trabajar con ellos sobre la afectación emocional, la productividad de la empresa, la pérdida de confianza y credibilidad por parte de los usuarios, así como el detrimento de la empresa en una posición de desventaja en el mercado.
