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Expectativas económicas a la baja

El desempeño de la inversión y la confianza de los empresarios y los consumidores plantea un escenario económico que difícilmente podrá mantener el ritmo de crecimiento del primer mes del año (3%). El entorno además se enmarca en un escenario, donde los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2018 muestran un desempeño menos favorable para la economía mexicana, con una expectativa de crecimiento económico en un rango entre 1.3% y 2.3% para el presente año.

De acuerdo con el Centro de Estudios de la Industria de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), el escenario económico fue realizado con un crecimiento económico del 1.5% en 2017, mientras que en la perspectiva de Presupuesto se había planteado un crecimiento del 2.5%. Con ello se anticipa que el crecimiento del 3% en el primer mes del año fue algo extraordinario y que por lo tanto el resto del año se tendrá una desaceleración en la dinámica económica que tendrá como resultado un año con un incremento en el PIB menor al promedio registrado durante los últimos 30 años.

Las expectativas generadas en este documento evidencian la sobreestimación en el corto plazo de los resultados que alcanzarían las reformas estructurales. Se esperaba un crecimiento de entre 5% y 6% para los dos últimos años del sexenio gracias a la aprobación de las mismas, indicó la dependencia.

Si bien el contexto internacional ha representado un desafío para lograr un crecimiento superior, esta situación también refleja que el proceso reformador no atendió las necesidades internas estructurales; un elemento que se olvidó desde el inicio de un modelo con sustento en el comercio internacional, pero con la ausencia del desarrollo de motores internos.

Se dejó de lado el fortalecimiento de la planta productiva y del mercado interno para lograr resultados favorables y sostenidos superiores, a partir de los resultados propios,  que  garanticen  un  mínimo  avance,  independientemente de los factores externos y por lo tanto reste vulnerabilidad al aparato productivo. La visión de apertura comercial debe estar acompañada de una estrategia nacional, teniendo al comercio como un mecanismo, no como el fin.

En este entorno de recorte al gasto de gobierno, particularmente a la inversión pública, la caída de la inversión privada y las bajas expectativas de crecimiento económico, la estabilidad macroeconómica se encuentra vulnerable: a partir del incremento en la inflación durante el presente año, por encima del objetivo de Banco de México, con una expectativa por parte de los Pre-Criterios 2018 del 4.9% y del 5.5% por Banco de México.

De igual manera, el escenario considera que no habrá más presiones sobre el peso, con un tipo de cambio esperado para el cierre del 2017 en 19 pesos por dólar y 19.1 para 2018, una cifra optimista pero riesgosa ante el entorno de incertidumbre generado sobre todo por lo incierto de la futura negociación del acuerdo comercial más importante para el país, el TLCAN.

Las finanzas públicas también representan un desafío, por la mayor estimación en el costo financiero y la menor inversión pública. En el primer caso, el costo financiero de 2018 será de 660.9 mil millones de pesos, en tanto que la nueva estimación para el 2017 se ubicó en 572.6 mil millones de pesos, es decir el monto de costo financiero en ambos años es de 1.23 billones de pesos. Mientras que, la inversión pública presentó una caída en términos reales del (-)15.9%, durante el primer bimestre del año, en comparación con el mismo periodo del 2016; por su parte, el gasto en sueldos y salarios de los servidores públicos federales solo se redujo en (-)2.3%, en contrasentido, los gastos de operación se incrementaron en 10.1%.

Resalta además, que el costo financiero del 2017 supera la inversión de PEMEX y CFE juntas: el gasto en inversión total es de 587.4 mil millones de pesos, donde Pemex y CFE tienen una asignación de 241.7 y 204.6 mil millones de pesos, respectivamente.  En este sentido, el ajuste financiero incluye menor inversión, mayor pago de deuda y además se plantea un nuevo recorte al gasto de gobierno para 2018 por 43.8 miles de millones de  pesos, equivalente al 0.2% del PIB.

El escenario propuesta por los Pre-Criterios 2018 de menor desempeño económico es reafirmado por el resultado del Indicador Adelantado de febrero del Sistema de Indicadores Cíclicos, el cual anticipa una desaceleración en la economía en el corto plazo.

De igual manera, las expectativas empresariales plantean un entorno delicado para este año, particularmente por el componente con peor evaluación del momento adecuado para invertir en los tres sectores del indicador, con 112 meses consecutivos para las manufacturas por debajo del umbral de los 50 puntos, es decir con una opinión pesimista de los directivos empresariales sobre la situación económica en general del país y sus empresas, mientras que los sectores del comercio y la construcción llevan 70 meses bajo dicho umbral.  Esta visión empresarial además se profundiza con el alza en las tasas de interés, implicando una limitación adicional a la inversión productiva, además del recorte presupuestal del sector público en este rubro.

Estos datos muestran, como se prioriza el pago de los compromisos financieros, así como al gasto corriente, frente a la generación de inversión productiva del sector público y por lo tanto al crecimiento del país, tal como ha sucedido en ajustes presupuestales previos, como durante la década de los años ochenta, las crisis de 1995, el estancamiento de 2001-2003 y la recesión de 2009, castigando a uno de los factores del crecimiento económico, informó la Concamin.

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