La estrategia en puerta de General Motors se centrará en reacomodar fábricas en México, China y Corea del Sur en busca de mano de obra barata para reducir costos de operación, de acuerdo a un informe que los directivos de la empresa presentaron a los congresistas de Estados Unidos.
Como pilar del plan, la propuesta tiene el objetivo que los vehículos construidos en el extranjero, y vendidos en Estados Unidos, incrementen de 15 a 23% su producción.
En torno al tema, el periódico Washington Post calificó de “polémica” la propuesta debido a que la empresa automotriz recibió de parte del gobierno estadounidense 15 mil millones de dólares para rescatarla de la crisis y preservar los trabajos que genera en los Estados Unidos.
Extraoficialmente una de las condiciones para realizar la reubicación y arrancar la producción fuera del territorio estadounidense, es que el número de empleados no supere a la planta laboral existente en el interior del país y proteger la mano de obra interna.
La diferencia en sueldos existente entre territorios es visto como una oportunidad para reducir gastos. El sueldo de un obrero estadounidense cuesta un promedio de 54 dólares por hora, un surcoreano 22 dólares, un mexicano 10 dólares y un chino 3, por el mismo trabajo, diferenció la publicación.
General Motors tiene plazo hasta el próximo primero de junio para mostrar al gobierno la viabilidad de su plan de ajuste.
